02 May 2011



 A esta persona individual no le agradaba ser colectiva. Le dolía todo en general y nada en concreto. Era feliz tristemente. Cuando iba en metro era alta pero su estatura disminuía a medida que subía las escaleras hacia la calle. Este era un hecho inexplicable con el que había aprendido a vivir.


 No dormía por las noches. Debía ser que durante el día, una mitad de ella la pasaba durmiendo mientras la otra hacía su vida real. Pero lo disimulaba muy bien. Por eso, cuando llegaba la noche, por más cansada que estuviera, no conseguía conciliar el sueño. Llevaba una doble vida. 



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