13 January 2011

En aquella ocasión, se reunió con los ancianos miembros de un poblado y les preguntó una de las preguntas más importantes que un hombre puede preguntar a otro:
-¿En qué soñáis por las noches?



Aquella pregunta cayó como una pesada losa sobre las almas de aquellos sabios y honrando la presencia de tan insigne europeo en su tribu, decidieron reunirse para así poder contemplar con calma y serenidad cuál sería la respuesta a ofrecerle. Tardaron tres días y tres noches, según recuerdo, y al cabo de aquel tiempo, volvieron a sentarse junto a Jung… En tono ceremonioso así le contestaron:
-”¿Para qué soñar…”– contestaron–… ” si el hombre blanco tiene ya todas las respuestas?”.

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